bosque.mov
Habitamos una época que nos ofrece experiencias virtuales que intentan superar la realidad o, al menos, imitarla lo más posible. Son productos que prometen acercarnos a lo que nos es imposible vivenciar físicamente, como también mejorar algunas experiencias cotidianas: ejercitarnos en una cinta mientras un video nos transporta al sendero de un bosque o a la orilla del mar. Se genera un vínculo con el producto virtual que provoca un quiebre, una distorsión. Se prefiere lo que emocionalmente nos hace sentir mejor. La verdad emocional supera la verdad real. Lo real deja de ser lo verdadero. Bosque.mov, plantea un espacio de contemplación que a su vez devela alienación al restringir la mirada del espectador en una esquina. La acción de abstraerse observando la naturaleza, en conjunto a la abstracción visual, reflexionan sobre este vínculo de quiebre.